Tratamiento para la hiperhidroxis o sudoración

La hiperhidrosis es una condición médica caracterizada por una sudoración excesiva, más allá de lo que el cuerpo necesita para regular su temperatura.

Puede afectar diversas áreas del cuerpo, siendo común en las axilas, las manos y los pies.

Para tratar la hiperhidrosis, especialmente la axilar, se puede utilizar la toxina botulínica. Este tratamiento consiste en inyecciones de la toxina en la zona afectada, que actúan bloqueando temporalmente los nervios que estimulan las glándulas sudoríparas, reduciendo así la cantidad de sudor producida.

Es un procedimiento sencillo y rápido, con efectos que pueden durar varios meses. Además de la toxina botulínica, existen otros tratamientos como antitranspirantes de prescripción, medicamentos orales, terapias con iontoforesis y en casos severos, procedimientos quirúrgicos.

La toxina botulínica ayuda a controlar la sudoración excesiva en las axilas al bloquear las señales nerviosas que estimulan las glándulas sudoríparas.

Al inyectar la toxina en la zona de las axilas, se impide la liberación de la sustancia química que activa las glándulas de sudor, reduciendo significativamente la cantidad de sudor producida.

Este efecto es temporal, por lo que el tratamiento debe ser repetido cada ciertos meses para mantener la reducción de la sudoración.

Los candidatos ideales para el tratamiento de hiperhidrosis con toxina botulínica son aquellos individuos que sufren de sudoración excesiva en las axilas y no han encontrado alivio con tratamientos tópicos como antitranspirantes.

Deben ser personas sanas, sin trastornos neuromusculares, alergias conocidas a la toxina botulínica, o infecciones en la zona a tratar.

También es importante que no estén embarazadas o amamantando. Antes de recibir el tratamiento, deben ser evaluados por un profesional para asegurar que es la opción más adecuada para su situación específica.

El tratamiento con toxina botulínica para la hiperhidrosis axilar suele ser bien tolerado y no se considera particularmente doloroso.

Sin embargo, puede causar cierta molestia o sensación de pinchazo debido a las inyecciones.

Para minimizar la incomodidad, el médico puede aplicar un anestésico tópico en la zona de las axilas antes de realizar el procedimiento. En general, los pacientes reportan una experiencia manejable con mínima molestia.